El viernes, 31 de enero, recibimos la
visita de María Herrador. María es de Lasarte y estudió en la escuela
Landaberri. Recordando su infancia, nos comentó que empezaron a utilizar los
ordenadores a los ocho años de edad con el programa Logo Dortoka. En la etapa de la educación primaria le daban
importancia a la plástica, el teatro… y eso le parece muy interesante.
Después de la educación primaria hizo
el BUP y el COU donde la relación con los profesores era más fría y no tuvieron
ningún contacto con la informática. Decidió ir a la universidad ya que desde
siempre tenía pensado que quería estudiar Educación Especial, pero al final,
terminó cursando la carrera de Educación Infantil.
En la universidad, tuvo contacto con
las nuevas tecnologías, ya que tenía la misma asignatura que tengo yo hoy en
día, antes llamado Nuevas Tecnologías.
Después de cursar sus estudios
universitarios, se adentró en el mundo laboral. Para ella lo más importante era no perder la motivación de los niños. En la
mayoría de las escuelas que ha trabajado utilizaban el método Urtxintxa. Con
este método veía que faltaba motivación en los niños y al mismo tiempo se fue
quemando y gastando como profesora.
Lleva 20 años en el mundo de la
enseñanza. A lo largo de este tiempo ha tenido contacto con las tecnologías en
las escuelas. Su primer contacto fue en la escuela de Asteasu, donde hacían las
unidades a ordenador. Aunque, el cambio como profesora le vino en la escuela de
Aduna donde estuvo tres años. La
formación que recibió allí fue más valiosa que la formación recibida en la
universidad. En esta escuela se adentró en el mundo de la informática. Aquí
usaban pizarras digitales, distintos programas informáticos…
Hoy en día trabaja como profesora en
la escuela de Zubieta. La escuela de
Zubieta, es una Eskola Txikia. La
metodología aplicada en este centro es el constructivismo, la escuela inclusiva
y el aprendizaje cooperativo. Y es aquí donde ha tenido la oportunidad de
llevar a cabo el proyecto de la película.
Todo empezó en 2012 cuando se puso en
contacto con Estitxu para poder llevar a cabo este proyecto. Así, recibieron en
la escuela ayuda de profesores externos al centro, Estitxu Aberasturi y Dani
Losada, del grupo Elkarrikertuz de la Escuela de Magisterio de Donostia. Esta
ayuda externa les ayudó a comprender cómo se hace una película de dibujos
animados y a diseñar escenarios. Toda la escuela participó en este proyecto
pero cada clase hizo su trabajo. María decidió trabajar la película con toda la
clase a la vez.
El proyecto comenzó viendo la
película de Mi vecino Totoro, y
después de ver la película ambientaron el aula. Pero antes de empezar con el proyecto,
decidieron hacer una visita a la escuela de audiovisuales de Andoain, de manera
que los niños aprendieron a hacer fotos, y hasta
los más vergonzosos participaron.
Para hacer la película era
indispensable tener una historia, por lo que cada niño hizo su historia y
después decidieron entre todos cual sería la historia de su película. Para
empezar con la película, primero decidieron qué personajes aparecerían en ellos
e hicieron los fondos.
Tras decidir el
argumento o la historia de la película, empezaron a escribir las secuencias y a
sacar fotos. Para elegir cuál de las fotos serían las elegidas para la corto, solían
verlos en el cañón para saber si estaban bien o si tenían que sacarlas otra
vez.
Para finalizar eligieron el principio
y el final; también, el titulo. Pero
como toda peli necesitaba voz. Para poner la voz los niños grabaron las
narraciones y le pusieron música.
El último objetivo de este proyecto
era presentarlo a los padres. Y qué mejor manera que presentarlo como un
estreno de cine, con alfombra roja incluida.
¡Por fin! Después de seis meses de
duro trabajo, lograron hacer una película de 3 minutos.
Después de escuchar esta charla,
tengo varias preguntas sin respuesta en mi mente. ¿Es bueno que los niños
utilicen las tecnologías en edades tan tempranas? ¿Qué tecnologías son las
adecuadas para los niños? ¿Se transmiten
y se interiorizan los mismos valores que con la educación tradicional? ¿Dónde
está el límite de utilizar las tecnologías con los niños?
Por mucho que intente responderlas,
creo que no tienen una única respuesta correcta. La solución de estas preguntas
varía según la sociedad y la ideología. Hoy en día vivimos en una sociedad
tecnológica, donde es casi imposible que la tecnología se quede fuera del aula.
Yo nunca he sido partidaria de utilizar las tecnologías con niños de educación
infantil. Esta idea creo que está asociada con la experiencia escolar que he
vivido, ya que nunca he utilizado las tecnologías en la escuela, y debido a
esta situación puede que el sentimiento que tenga respecto a las tecnologías en
el aula sea miedo; miedo a no saber
utilizarlas como un instrumento educativo.
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